La leche, según cientos de estudios científicos, es
un producto nocivo, relacionado con cólicos, irritaciones y hemorragias
intestinales, diarreas, nefrosis, eczema, artritis reumatoide, anemia
por falta de hierro, arteroesclerosis y reacciones alérgicas en niños y
adultos, infecciones como la salmonela y el virus de la leucemia bovina,
parecido al virus del SIDA, además de existir una posible conexión con
la diabetes juvenil. Entre los niños los problemas que pueden
manifestarse son: alergias, infecciones de las amígdalas y oído,
hemorragias intestinales, asma, diarrea, enuresis, nefrosis, cólicos y
diabetes juvenil. En los adultos, el consumo de leche se relaciona con
las enfermedades coronarias, artritis, alergia, sinusitis, cataratas,
osteoporosis, esclerosis múltiple , leucemia, linfoma, y el cáncer de
colon, pulmón, próstata, pecho, ovarios y recto.
Durante los últimos doscientos años nuestra adicción a la leche y sus derivados ha alterado tanto nuestra mente, nuestras funciones fisiológicas y nuestra salud, que la vida no se concibe sin la protección de la sanidad pública, cuya loable misión es tratar toda una serie de dolencias que no se producirían en una sociedad bien alimentada, con una abundante dieta vegetal. La rectificación de muchos errores dietéticos importantes basados en el consumo de productos carentes de fibra como la leche, la carne y el pescado, que a tantos cuestan la salud e incluso la vida, implica reducir gradualmente su consumo hasta eliminarlos por completo, respetando y siguiendo unas reglas básicas llenas de sentido común:
- Cuando la Naturaleza diseñó las glándulas mamarias para alimentar a las crías recién nacidas lo hizo con la intención de proporcionarles leche sólo temporalmente, teniendo en cuenta los intereses de la madre y el niño.
- La composición de la leche y las características de los alimentos están fisiológica y específicamente adaptados para cada especie.
- La leche que se forma dentro de las glándulas mamarias es estéril, con la intención de que sea consumida a través del pezón de la madre, pasando directamente al retoño sin ningún contacto con el aire contaminante y la acción destructora de la luz.
- La carne de vaca o de cualquier otra especie es un producto inadecuado para el ser humano que no está adaptado fisiológicamente para asimilar purinas y despojos animales, sin importar su origen o supuesta calidad.
Si aceptamos que somos lo que comemos y superamos la dependencia de los productos animales no adaptados a nuestras necesidades fisícas o fisiológicas, el veganismo es la vía más ética adecuada para disfrutar de buena salud y establecer una relación más sana y respetuosa con los animales y la Naturaleza.
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